El
libro de Amadeo Laborda, La memoria de tu
nombre (Lletra Impresa Edicions), ha alcanzado ya una dimensión de leyenda.
Su éxito, basado en la calidad y la fuerza de su palabra y la indagación
detallada y sutil en la idiosincrasia de las tierras de interior, ha calado —como
no podía ser de otra manera— en los pueblos de interior, pero también en las
grandes capitales, pues su dimensión trasciende la anécdota de lo rural para
erigirse en categoría literaria. Tanto es así que, desde que se publicó el año
pasado, el libro, que ha alcanzado la
tercera edición, ha recabado ya una cincuentena de actos literarios,
entre presentaciones, clubes de lectura, ferias del libro, firmas de autor, rutas
literarias, encuentros con los lectores e incluso desayunos con seguidores. Y sigue
sumando, sin parar y sin demora. Y es que son los lectores y en muchas
ocasiones los propios lugares los que se ofrecen y reclaman al autor para
presentar la novela en su pueblo o ciudad.
Esta
semana, sin ir más lejos, Amadeo Laborda tiene previsto iniciar un verdadero tour de presentaciones de La memoria de tu nombre. El viernes 17
de agosto será en Andilla, en la
comarca valenciana de la Serranía, y el sábado 18, en Ademuz. El domingo 19, el autor se trasladará a Cañete (Cuenca). El lunes 20 de agosto
al pueblo de Libros, en tierras
turolenses, y, finalmente, el martes 21 de agosto volverá a Cuenca, a la
localidad de Talayuelas.
Pero
el ciclo de presentaciones de este verano —que se inició en el mes de junio y
julio en Chelva, Calles, Titaguas y Alpuente— no se acabará en agosto, pues el
autor ya tiene apalabradas para septiembre presentaciones en Landete y
Loriguilla, entre otras todavía por concretar.
Sin
duda, este libro ha alcanzado en poco tiempo una dimensión que transciende lo
meramente literario para convertirse en un fenómeno verdaderamente
antropológico, pues ahonda en lo “fieramente humano”, como dijo en su momento
el gran poeta Blas de Otero. Y es que su calidad se alimenta de la esencia de
los hombres y las mujeres sencillos. Su éxito, en las bondades de su
palabra.